top of page

Una gota no llena el vaso, pero puede derramarlo

A veces, no reventamos por lo último que pasó, sino por todo lo que no dijimos antes. Esta es una invitación a revisar tu vaso… antes de que se desborde.

ree

Ni esa frase cortante.

Ni el plato sucio.

Ni el "estoy bien" que sabías que no lo estaba.

Fue todo lo de antes.

Las pequeñas cosas.

Las mínimas.

Las que decimos que no importan.

Hasta que sí importan.


Una gota no llena el vaso.

Pero puede derramarlo.

Y cuando lo hace, no es por su tamaño.

Es por todo lo que ya estaba adentro.

Ese gesto que te dolió no es el problema.

Es el símbolo.La acumulación.La última microherida que se sumó a muchas otras que nunca nombraste.

Por eso, no te culpes por "exagerar".

Pregúntate:¿cuánto tiempo llevo aguantando esto en silencio?

La emoción no necesita ser grande para pesar.

Solo necesita quedarse mucho tiempo sin salir.

No se trata de culpar la gota.

Se trata de aprender a revisar el vaso.

A vaciarlo antes.

Con pausa.

Con ternura.

Con verdad.


¿Te ha pasado alguna vez?

¿Ese momento donde algo pequeño desató todo?Te leo.


Comentarios


bottom of page