🌫️ Gracias… porque no quiero repetirlo
- Sebastián Sánchez

- hace 3 días
- 1 Min. de lectura
Hay personas que no dejan amor, sino lecciones. Esta reflexión te invita a agradecer, no por lo vivido, sino por lo que aprendiste al soltarlo.

No todas las personas que llegan a tu vida lo hacen para quedarse.
Algunas solo vienen a mostrarte lo que no sabías poner en palabras.
Lo que dolía… pero callabas.
Lo que necesitabas aprender… aunque fuera a través del contraste.
Y sí, a veces se van dejando un vacío.
O una herida.
O muchas preguntas sin responder.
Pero con el tiempo,
cuando el ruido se apaga
y el corazón ya no grita,
queda algo distinto al rencor:
queda claridad.
Contigo entendí lo que no quiero.
Lo que ya no puedo negociar.
Lo que no es amor, aunque se disfrace de cuidado.
Lo que duele más de lo que sostiene.
Lo que exige que me abandone para poder estar.
Y por eso, hoy…
te doy infinitas gracias.
No porque lo hicieras bien.
No porque te justifique.
Sino porque gracias a ti,
yo me volví más firme.
Más consciente.
Más mía.
🪶 Hay personas que llegan para dar amor.
Y otras que llegan para enseñarte cómo no volver a perderte por amor.
Las dos dejan huella.
Pero solo una deja paz.
Hoy no hay odio.
No hay guerra.
Solo un cierre en voz baja…
con gratitud por la lección.
Gracias por mostrarme, sin saberlo,
quién no quiero ser.
Y dónde no quiero quedarme.
💬 ¿Has sentido alguna vez esta gratitud silenciosa hacia alguien que te hizo daño?
Te leo. A veces escribirlo es la forma más suave de liberarlo.


Comentarios