top of page

La única persona a la que tenía que convencer… era a mí

Un vídeo íntimo sobre el día en que dejas de demostrar y empiezas a creerte. Una pausa emocional para volver a ti y recordarte que ya eres suficiente.



Durante mucho tiempo, intenté gustar.

Encajar. Demostrar que valía.

Me esforzaba en todo. En no fallar, en hacerlo bien, en ser suficiente.

Pero por dentro…

seguía sintiéndome pequeño.


Hasta que un día lo entendí:

no tenía que convencer a nadie.

Solo a mí.


Ahí empezó todo.

Empecé a soltar el disfraz.

A dejar de buscar aprobación en cada mirada.

Y a mirarme distinto.

Con más ternura.

Con menos juicio.


Este vídeo es para ti si alguna vez has vivido desde la exigencia.

Si te has sentido solo, insuficiente o cansado de fingir.

No busca darte respuestas.

Solo acompañarte un momento…

y recordarte algo que quizás habías olvidado:

Ya no tienes que demostrar nada.

Ya no tienes que pelear por ser suficiente.

Ya eres.

Comentarios


bottom of page